miércoles, 16 de septiembre de 2009

HISTORIA VALLAS PUBLICITARIAS


Los orígenes de la publicidad exterior se remontan a las primeras formas de expresión gráfica realizadas por los primeros hombres en la tierra, basándose en la gran necesidad humana el de poder comunicar sus ideas o de poder expresarse visualmente.

Aún cuándo no existe prueba fehaciente de las verdaderas razones que motivaron a nuestros antepasados a pintar dentro de cavernas escenas de su vida cotidiana, existe la teoría de que así lograban transmitir a sus semejantes algún concepto o idea, iniciando así el arte público de la persuasión.

3200 años a.C., en la época en que se inscribían los nombres de los Faraones en los templos Egipcios, los mercaderes recurrían a piedras labradas (llamadas estelas), las cuáles colocaban junto a los caminos para promover sus ventas.

Más tarde, aparecieron los anuncios pintados. En las ciudades de Roma y Pompeya se asignaron paredes para mostrar murales decorados para éste propósito.

Mientras que en la antigua Grecia se mostraba al público el orden de las competencias en los juegos olímpicos en los exteriores de las arenas.

Actualmente, este tipo de publicidad se ha convertido en algo típico de los paisajes aunque no se pueden colocar en cualquier parte, hay una regulación determinada normalmente por el Ayuntamiento de cada lugar que otorga la autorización para poner los espectaculares.

En España esta prohibida la instalación de espectaculares en las carreteras, la justificación es evitar que los conductores puedan distraerse y provocar un accidente.

Una innovación en los espectaculares son las “vallas olorosas”, apareció por primera vez en Francia para publicitar una región cerca de París pero ya existen otros productos como perfumes o detergentes que los han utilizado. El mecanismo con el que cuenta es un dispositivo interno que emite la fragancia cuando una célula fotoeléctrica detecta si hay público presente.

http://brooom.org/wikitic/index.php5?title=Espectaculares

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